Todo lo bueno se acaba y este increíble viaje no iba a ser menos.
La cuenta atrás ha comenzado y estamos cada vez más cerca de decirle adiós a las acogedoras tierras celtas.
El miércoles por la tarde disfrutamos de las magníficas actuaciones de nuestros compañeros y compañeras en el Talent Show. Tocaron el ukelele, hicieron espectáculo con vasos, concurso de comer nubes de algodón, los activity leaders amenizaron la velada con una canción y algunos de nuestros group leaders se atrevieron incluso a escenificar “Roar” de Katy Perry. Todo diversión. Además, los ganadores de los Silly Olympics de la semana anterior pudieron disfrutar la noche desde sus asientos reservados con camarero privado. Algunos de nuestros compañeros de TEC estuvieron en la zona VIP para contarlo.
El jueves por la tarde decidimos que no habíamos tenido suficiente deporte y, en vez de quedarnos en el colegio, nos fuimos de caminata a visitar los acantilados de Howth. La mitad de nuestro grupo, sin embargo, se lo pensó mejor y se dieron una vuelta en barco.
Llegamos al final.
Es viernes y nuestra aventura llega a su fin. Al final de la mañana tuvimos la entrega de diplomas en compañía de todos nuestros nuevos amigos y amigas por varias partes del mundo. Por la tarde hicimos las últimas compras por Dublín y nos encontramos con un autor muy conocido y querido por la ciudad.
Al volver al colegio, nos despedirnos de nuestras nuevas amistades y nos dirigimos a cenar por última vez con nuestras familias.
Es un momento triste y alegre. Triste porque dejamos atrás lo que ha sido nuestro hogar durante las últimas semanas; alegre, porque regresamos a casa cargados de nuevas experiencias que compartiremos con nuestras familias y que no olvidaremos jamás.