Empezamos nuestra última semana volviendo a Mallow: un@s a bañarnos en la piscina y otr@s fuimos al parque donde jugamos al fútbol con un@s estudiantes frances@s, español@s y irlandes@s.
El martes, tuvimos kick boxing con Paul, nos contó que tiene ancestros españoles y suele visitar nuestro país. Seguimos aprendiendo y mejorando nuestra técnica.
El miércoles vino Patrick, un joven bailarín profesional que nos enseñó a bailar Set Dancing. ¡Fue muy divertido! Aprendimos pasos para bailar en grupo: hace falta mucha concentración y atención, además de estar en buena forma ;)!
El jueves fuimos a quizá, el parque más bonito que hemos visto durante nuestra estancia: el parque Nacional de Doneraile. A parte de su tamaño y de sus centenarios magníficos árboles, (vimos una Secuoya), tuvimos la suerte de ver e incluso tocar a ciervos. Una experiencia única. Guiado por Ronan, monitor, pero también un buen amigo, andamos cómo una hora por el parque disfrutando de la naturaleza.
El viernes, como fue nuestro último día de clase, nos dieron nuestros certificados de asistencia. Luego hicimos deporte y para acabar la tarde, nos llevaron a ver un típico pub irlandés donde pudimos pedir nuestras bebidas, ¡sin alcohol claro! El techo estaba cubierto por camisetas de futbolistas y ¡vimos una del Valencia!
Y acabamos el día con disco! Bailando con nuestr@s nuev@s amig@s, ¡lo pasamos muy bien!
Y llegó nuestro último día: nos fuimos a Cobh, a ver su catedral y una calle muy conocida por sus casas coloridas. Pero justo antes, nos llevaron al Museo Titanic Experience, donde una guía nos explicó qué pasó con los últimos pasajeros que subieron al famoso barco. Vimos réplicas de los interiores y también vídeos. Al entrar, cada un@ teniamos un postal con el nombre, edad y algo más de información sobre un@ pasajer@. Al final de la visita, pudimos averiguar que pasó con ell@s.
Después de esta interesante visita nos fuimos a Cork para comprar nuestros últimos regalos para nuestra familia y amig@s.
De vuelta a la escuela, cenamos, vimos una película y luego intentamos descansar un poco antes de emprender el viaje de vuelta. Nos despedimos de nuestr@s nuev@s amig@s con lágrimas y con la esperanza de volver a vernos algún día!
A las 3:30 de la mañana, nos fuimos para el aeropuerto. Y unas pocas horas después aterrizamos en Alicante: el viaje se hizo corto ya que la mayoría nos quedamos gran parte del viaje ¡dormidos!
Sin duda, ¡una experiencia para repertir!